Batad Rita's Mount View Inn and Restaurant

Cuando reservamos en Rita's no sabíamos la suerte que íbamos a tener, ¡LO MEJOR DE NUESTRO VIAJE POR FILIPINAS! Germaine (la hija de Rita y actual dueña del negocio) fue la mejor anfitriona que podíamos tener en esta aventura por la zona. Contactó con nosotros antes de llegar para poder ayudarnos con el transporte desde Cauayan hasta allí. Todo fueron facilidades y es de agradecer cuando estás viajando y cansado que alguien te cuide y se preocupe por ti así (más en esta zona no muy turística y sin muchas facilidades). Germaine nos ayudó a organizar la ida y la vuelta, así como un treñking por los Rice Terraces. Se preocupa mucho porqué la gente de la zona pueda repartir los beneficios que da el poco turismo que tienen. Todas sus recomendaciones fueron excelentes (incluso un restaurante en Banue). El sitio es tal como se describe (la foto del café es 100% real, juzguen). No esperes lujos, lo que hay es lo necesario; mosquiteras, mantas y servicio de restaurante que lleva la propia Germaine. ESO SÍ, EL AMBIENTE ES INMEJORABLE. Germaine y su familia son encantadores y te hacen sentir como en casa desde el primer momento. ATENCIÓN! La ubicación es perfecta si se llega con mochilas pesadas. La carretera no llega hasta el pueblo y hay que hacer el último tramo a pie. El "Rita's Inn" se encuentra en la parte más alta del pueblo, que es también la más cercana a la carretera. No lo sabíamos cuando hicimos la reserva y, aunque a la llegada es cuesta abajo, no sé como habríamos vuelto con las mochilas cuesta arriba si nos llegamos a quedar en los hostels de Batad más bajos (casi 1h de escaleras hacia arriba). Por supuesto que se puede contratar que te lleven las mochilas, pero no era nuestra intención en el viaje. Se trata de una zona muy montañosa y empinada. Si tenéis planeado un viaje a Filipinas, recomiendo 100% pasar por Batad. ¡Si tenéis claro que vais a pasar por Batad, recomiendo 100% quedarse en el Rita's Inn!

Nous avons passé un peu plus de 2 jour à Batad chez Roméo et sa fille Germaine. Nous avons adoré ce moment. Le lieu est magnifique ! Des personnes gentilles, accueillantes et souriantes ! Un vrai plaisir d’échanger avec eux. La vue est somptueuse. Tout y est simple, ils sont de bons conseils, on y mange très bien. Ils vous mettront en relation avec des guides locaux si vous en avez le besoin.