Sur Restinga

Monolocale sporco, squallido e carente di ogni cosa. Assolutamente sconsigliato! Bagno senza areazione, piccolissimo, doccia senza piatto, lavandino in miniatura, cucina non attrezzata, biancheria molto scarsa.: Area esterna sporchissima con arredi rotti e arrugginiti.

No había tostadora, había un solo Bol, además de eso las sábanas olían a perro mojado, como si no se hubiesen secado bien y había escombros en el parking y muebles tirados a la entrada de las habitaciones, me pareció caro por lo que ofrece. No tiene recepción, almenos no la hemos encontrado. Situación de completo abandono, por el precio que cobráis porque no se renueva la pintura, la terraza tiene la pintura de la barandilla toda descascarada, las piedras del barranco se caen por el pateo y ahí se quedan. Horroroso No lo recomiendo

Hemos ido mi pareja y yo con nuestra hija y el sitio es inmejorable, hay una pequeña playita debajo a la que puedes ir descalzo si quieres.bonitas vistas y la dueña es súper maja, muy flexible y nos facilito la estancia en todo momento. Si volviera repetiría allí.

Sin duda habrá tenido su momento de gloria y se nota en el ascensor de cristal y acero (oxidado y abandonado), las cerraduras con tarjeta (sustituidas por una llave normal) y los toldos a juego. Hoy solo se salva la chica de limpieza, muy amable. No vi a nadie más en cuatro días. La habitación es espartana, vacía, con una cama diferente a la otra, colchones hundidos, un refrigerador oxidado y una mesa miserable donde no se puede poner nada (lo ponemos todo en el piso). Solo se salva el armario de puertas correderas. La ducha está sucia y tiene el desagüe roto, el inodoro está mal sellado, no hay repisas para poner jabón o shampoo y, INCREÍBLE, sale agua caliente por ambos lados de la linea y después de algunos minutos no aguantas mas en la ducha. El sitio tan bonito no justifica 60 euros la noche (ni la mitad porque está lleno de cucarachas). Vi que la gerencia es rusa, pero probablemente no un oligarca de Vladimir porque estamos en la pobreza absoluta. MALO. Avrà sicuramente avuto il suo momento di gloria e si vede dall'ascensore in vetro e acciaio (arrugginito e abbandonato), le serrature a tessera (sostituita da una normale chiave) e le tende esterne in tinta. Oggi si salva solo la gentilissima donna di servizio. Non ho mai visto nessun altro in quattro giorni. La camera è spartana, vuota, con un letto diverso dall'altro, materassi sfondati, frigorifero arrugginito e un misero tavolino dove non si può appoggiare niente (abbiamo messo tutto per terra). Si salva solo l'armadio ad ante scorrevoli. La doccia è sporca e ha lo scarico rotto, il water è sigillato malamente, nessuna mensola dove appoggiare sapone o shampoo e, INCREDIBILE, da entrambi i lati del miscelatore esce acqua calda e dopo un po' non si riesce più a stare sotto la doccia. E il posto molto bello non giustifica 60 euro a notte (nemmeno la metà perché è pieno di scarafaggi). Ho visto che la gestione è russa, ma probabilmente non è un oligarca di Vladimir perché qui siamo alla povertà assoluta. PESSIMO.